NUESTROS VISIONARIOS
Hace 26 años Natalia y Roberto unieron su creatividad sin límites y construyeron más que un colegio; crearon Aguamarina, un lugar en donde niños, familias y profesores crecen con amor, curiosidad y propósito. Natalia siempre ha creído en que la educación es mucho más que aprender contenidos, es despertar la curiosidad, la pasión y la fuerza de ser uno mismo. Roberto, por su lado, entiende los espacios como lugares vivos que transmiten sentido, propósito y calidez. Para él, cada rincón es una invitación a la conexión y a la transformación.
Juntos imaginaron un colegio que se siente como hogar; un hogar que inspira como un colegio.
La conexión con Bogotá
En esta parte de la historia entran Juliana y Catalina, a quienes el destino y los lazos familiares las unió mágicamente.
Con talentos complementarios y una visión compartida de la importancia de los primeros años en el desarrollo de los niños, en 2020 decidieron abrir las puertas de Aguamarina en Bogotá.